09/08/2007
Hoy se cumple un año de mi victoria en el campeonato de Ezkaba. Pese a que las apuestas estaban en mi contra, gané con comodidad al favorito, el semiprofesional Otermin. No era un día cualquiera, era un día predestinado para la épica. Quedamos en el Anaitasuna, allí apareció Javi, el gran favorito, modelito de ciclista, bicicleta último modelo, y depilación total, no hasta las cejas, porque no encontró un cortacésped. Fuimos a ritmo trotón hasta las faldas del monte San Cristóbal, lugar de la apuesta. No iba a ser fácil, el favorito había estado preparándose a conciencia durante el verano por el Tourmalet y otros montes y tenía la mirada puesta en alguna marathón. Yo sin embargo, venía de fiestas de algún pueblo y pensando en las fiestas de Leitza que empezaban al día siguiente. Allá fueron los coches de apoyo, con la lógica expectación. Tomamos la salida, empezamos ese durísimo repecho y Javi salió despavorido como alma que lleva el diablo, no me preocupé pues sabía que no era la rueda a seguir. Empecé a mi ritmo, suave para los primeros kilómetros, los más duros de la prueba. Poco a poco fui subiendo, con mi coche de apoyo, con Luismi y Erkuden alentándome y sacándome fotos, la dureza de las rampas era extrema y hacían mella en mi cuerpo, pero a base de esfuerzo conseguí ir hacia delante, la larga recta del tercer kilómetro se hacía interminable, pero sabía que una vez superada, lo más difícil ya estaba hecho. Tras superar los tres primeros kilómetros la subida, llena de baches, se hace más llevadera y voy con mejor ritmo, a la vez que recupero mis maltrechas piernas. Hasta la benemérita se anima a ver esta competición, y aparece por mitad del monte, cuando veo en el horizonte a mi contrincante y empiezo a sentirme campeón. Sigo con mi ritmo, y llego curva tras curva hasta la última cuesta, una de las más duras, pero sé que mi ventaja es suficiente, voy llegando, miro hacia atrás por si acaso, pero no hay peligro, voy a lograr ser el campeón de Ezkaba, lejos queda la apuesta, en esas horas intenpestivas sanfermineras donde se todo se firma, cruzo la meta, muy cansado, pero con el descanso que da el sentirse campeón. Lejos, muy lejos a más de nueve minutos, llega Javi, hundido en la derrota, otra vez será. No es una victoria cualquiera, es la victoria del spinning sobre la bicicleta en ruta, la victoria del kalimotxo y la gaupasa contra los anabolizantes y la tetosterona, la victoria del sobaco y piernas peludas, contra la depilación. Un triunfo dedicado a todos los gaupaseros del Reino de Navarra-Nafarroako erresuma-Euskal Herria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario