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Hola muy buenas: Soy abierto, vitalista, enérgico, noble, equitativo, idealista, generoso, leal, buen organizador, protector, perfeccionista, con voluntad de poder y gran sentido del espectáculo y de lo dramático. Pero también despótico, egocéntrico, cruel, dogmático, intolerante, vanidoso, ansioso de poder y débil ante el halago. Si tienes suerte, te tocará mi mejor lado, si no, lo siento pero ni siquiera yo soy perfecto.

lunes, 27 de febrero de 2012

MI VIDA SIN MICROONDAS

Tras varias semanas de obras, por fin inauguré mi cocina y mi baño nuevos. Pero al hacer la típica comida con la familia, algo se torció. El microondas, hacía un ruido extraño, como si estuvieses haciendo palomitas, pero sin palomitas dentro, algo que evidentemente no era normal en un escaso mes de funcionamiento, por lo que llamé para que lo viesen. ¡Aquí comenzó la superfagoraventura!!!
Me mandarán a un técnico, no saben cuándo, ya que al parecer hacen el servicio por zonas, y me alertan de que suelen llamar con número privado. Es decir que toda la semana a estar colgado del móvil, porque si no, no les puedes llamar tú.
Parece que no tengo mucha suerte con la zona, porque llamé el martes, y hasta el viernes no tengo noticias. Me llaman y me dicen que sobre las diez de la mañana estarán allí. Vale, me escapo del trabajo, y llego puntual. Diez y cuarto, diez y media. A menos veinte, recibo una nueva llamada. No podrá venir hasta las 11.30 por lo menos, está con un escape de gas y no lo puede dejar. (Vaya suerte, que al del escape de gas le haya tocado justo el día que estaban por la zona). Pues yo no puedo estar más tiempo esperando, o sea que tendrá que ser a la tarde, sobre las 15.30. Vale pues 15.30 o 16.00 me paso. Eso, siempre con tu margen de tiempo, que a los demás nos sobra.
Esta vez tengo más suerte, y para las 15.45 aparece. Lo mira y por lo visto tiene un agujero, donde no tiene que haberlo. Hay que cambiar el aparato. Fase uno cumplida. Da aviso y ya me llamarán.
El martes de la semana siguiente, recibo la esperada llamada de Fagor. Me dicen, que en efecto ya han dado aviso y me mandarán uno nuevo, que suelen tardar unos cinco días laborables.
Pasan los cinco días laborables y dos más, así que les vuelvo a llamar, no puedo a los privados, pero sí a un móvil del que me llamaron. Pero tiene las llamadas restringidas, o sea que no puedo contactar, pero para cabezón yo, así que tras buscar en san google, y pasar por dos tele operadoras consigo hablar de nuevo, y tras explicarles, dicen que me llamarán enseguida. Lo hacen, y me dicen que hoy mismo se pasan, entre las 18.00 y las 19.00, sus horarios oscilan más que el euribor en los últimos años. Nuevamente me escapo del trabajo, por tercera vez, y esta vez aparece el sujeto hacia las 19.05.
-¿Dónde te lo dejo? me pregunta.
-¿Cómo que dónde? Pues colocado en su sitio ¿o qué?
-No, no. Yo sólo soy el transportista.
Vaya, sólo era una nueva fase a superar. El servicio técnico tiene más pantallas que pasar que el comecocos. No me lo puedo creer. El transportista encima se enfada, parece que tiene mal día.
Pues yo llevo más de quince malos días, porque cuando los empiezo voy a desayunar y no tengo microondas.
Vuelvo a llamar, ya me he aprendido el teléfono de memoria.
-Ah! Sí claro, era el transportista, ya le llamaremos para ver cuando se lo colocan. ¿Prefiere mañana o tarde?
-Lo prefiero pronto.
Al día siguiente sigo sin noticias, así que vuelvo a llamar. Me dicen que el lunes. Bueno, sólo estamos a jueves, si he sobrevivido hasta ahora, lo podré seguir haciendo.
El lunes sobre las 12.00 recibo una nueva llamada salvadora, el chaval está por la zona, y le digo que en veinte minutos estoy por casa. Buff!! Entonces igual voy a otro sitio antes, me comenta.
-¡Claro!!! ¡Cómo vas a perder diez minutos esperando!!! ¡Mucho mejor que pierda yo otra hora o dos, según cómo te vaya!!!.
-No te preocupes que voy en diez minutos.
Al final llego antes que él. Conforme entra, cierro la puerta con llave y me la como. Lo encadeno al microondas.
-No saldrás de aquí vivo, sin ponerlo ¡no!!!!!!!
-Oiga, usted está loco.
-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Soy el loco del microondas. Moriremos juntos si es preciso, pero quiero verlo funcionar.
Al final, la cosa va rápida, no hay que recurrir al plan B del cuchillo jamonero. Parece que funciona.
Así que tras veinte días, varias llamadas, escapadas del trabajo, cuatro fases superadas y malas hostias, vuelvo a tener microondas. Más vale que era algo tan sencillo como cambiarlo, no me quiero ni imaginar si hay que arreglarlo y esperar a que venga alguna pieza. Esperemos que éste dure más de un mes, y sobre todo esperemos no tener nunca que volver a recurrir al servicio técnico de fagor.

1 comentario:

  1. Que pronto te acostumbras a las nuevas tecnologias. Luego ya no puedes prescindir de ellas...

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