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Hola muy buenas: Soy abierto, vitalista, enérgico, noble, equitativo, idealista, generoso, leal, buen organizador, protector, perfeccionista, con voluntad de poder y gran sentido del espectáculo y de lo dramático. Pero también despótico, egocéntrico, cruel, dogmático, intolerante, vanidoso, ansioso de poder y débil ante el halago. Si tienes suerte, te tocará mi mejor lado, si no, lo siento pero ni siquiera yo soy perfecto.

jueves, 28 de noviembre de 2013

PESADILLA EN EL AÑO I TRAS LA REVOLUCIÓN

Hoy me he levantado algo sobresaltado. He estado toda la noche soñando. Como pasa en ocasiones, recordaba partes diferentes de los sueños, que tenían algo en común: todos eran negativos.
Primero, en un programa de televisión, sacaban sin permiso imágenes de unos chavales menores de edad, a la vez que acusaba a un instituto, de ser un nido de miembros de Eta, en una época en la que Eta ni siquiera existía.
Como pasaba hace años, antes de que llegase la revolución a Navarra, aquélla en la que la cúpula del opus dei fue detenida y encarcelada, acusada de adoctrinamiento a la sociedad.
Luego más de mil seiscientos profesores eran investigados para saber cómo pensaban, sin analizar ni siquiera su trabajo, como hacían en la dictadura franquista.
También he soñado que una medio de comunicación local mezclaba, en plena portada y a mala idea, presos de Eta y pederastas, con nacionalistas y rojos.
Pero todavía había más. Después de todo lo que costó conseguir una licencia de radio, para la Euskalerria Irratia en el año 2015, ahora se la quitaban para vendérsela a un tipo tan moderado como Jimenez Losantos.
Además, al mismo tiempo, aprobaban una ley de seguridad que nos recordaba a los peores tiempos de la dictadura, donde no se podía ni grabar a un policía, ni rodear a un político, ni resistirse pasivamente.
Para colmo al jefe del operativo donde murió un joven por un pelotazo lo ascendían a nuevo jefe de la Ertzaintza. ¡Y las pelotas de goma volvían a ser legales!
Encima, dar un tartazo a un político, ¡era más grave judicialmente que muchos de los casos de corrupción en los que se veían involucrados muchos de los gobernantes!
Y para terminar la serie de pesadillas, unos políticos, ponían unas cuchillas en las fronteras como bienvenida a la gente y encima se justificaban diciendo que solamente hacían heridas superficiales.
Todo esto me recordaba un montón a finales del año 2013, antes de la revolución. Ahora, afortunadamente, en el año I tras el Barcinato, el opus dei ya no manda, ni siquiera en la educación, las calles son de colores, el euskera está al alcance de todos, a la gente que viene se le acoge y se aprende de su cultura, la represión policial ha desaparecido y hasta los colectivos populares pueden organizar sus fiestas.

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