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Hola muy buenas: Soy abierto, vitalista, enérgico, noble, equitativo, idealista, generoso, leal, buen organizador, protector, perfeccionista, con voluntad de poder y gran sentido del espectáculo y de lo dramático. Pero también despótico, egocéntrico, cruel, dogmático, intolerante, vanidoso, ansioso de poder y débil ante el halago. Si tienes suerte, te tocará mi mejor lado, si no, lo siento pero ni siquiera yo soy perfecto.

viernes, 18 de noviembre de 2016

ALTSASU

La guardia civil no una estamento que provoque muchas simpatías. En general. Por aquí, todavía menos. Y en algunos pueblos navarros del norte, menos aún. Altsasu probablemente sea uno de ellos. Desde hace años denuncian una presión asfixiante sobre este pueblo. Controles prácticamente semanales en una época en la que es evidente que no son necesarios.
Y en este contexto llega el día D. Fiestas en el pueblo y una bronca a las cinco de la mañana acaba con unos guardias civiles y sus parejas, levemente heridos. Un tobillo roto y alguna magulladura.
Lo que es una típica bronca de borrachos a las cinco de mañana. 
Y no hubiese pasado de ahí si los protagonistas de la bronca no hubiesen sido guardia civiles. O si hubieran sido miembros de este cuerpo pero el suceso hubiera ocurrido en otro pueblo.
Pero como no fue así, la necesidad mediática de criminalizar y mantener viva la llama del terrorismo descargó su furia durante días. Y consiguieron convertir la bronca de bar en terrorismo.
Primero eran cincuenta, luego veinte, ahora siete. Qué mas da! El daño ya estaba hecho y la gente ya descargaba su ira contra los agresores y el pueblo de Altsasu. Se había convertido en cuestión de estado y eso exigía una actuación ejemplar. Injusta, absurda, pero ejemplar.
Pese a que los jóvenes involucrados en la pelea se presentaron voluntariamente a los días, con nocturnidad y alevosía son detenidos y encarcelados a cientos de kilómetros de sus familiares. Les acusan de terrorismo y serán juzgados por la Audiencia Nacional, ese agujero negro de la democracia. A uno de ellos le acusan en el auto de ¡mirar mal a un agente!
En ningún caso se puede justificar la agresión pero, es evidente,  y más en los tiempos en que estamos que todo esto es absolutamente ridículo.
Al día siguiente un sargento de la legión disparó a un joven ceutí y se calificó de "mal beber".  Hace años, calificaron el asesinato de Angel Berrueta como reyerta entre vecinos. Hoy mismo, han agredido a un joven que hacía frente a una manifestación pro-franquista, sí esas cosas que pasan todavía, año 2016, en España. Supongo que ni hay ni habrá nadie detenido por ello.
Confío en que en breve, cuando el circo mediático que han montado se vaya olvidando, no terminen de destruir la vida de estos jóvenes a los que, aunque sean presuntos agresores, van a convertir en mártires.

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