El navarro siempre ha sido de buen comer. Por eso aquí no necesitamos ni la dieta de la alcachofa ni la del pomelo. Somos tan chulos que aquí las dietas son para coger kilos. Montas un oscuro organismo, pones en nómina a unos cargos políticos, una reunión mensual para hacer el paripé y a coger kilos y engordar las cuentas corrientes de los mismos de siempre. Así de sencillo. Sin falta de comer chuletón o un buen plato de alubias. Y con la tranquilidad de saber que hagan lo que hagan la gente les va a seguir votando en masa.
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